VÉRTIGOS
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Sentir esta impetuosa soledad que me corrige el ensueño y morir renegado en las risas frías. Romper el cuadro del abismo para regalarte el vértigo: el dueño de mi vida, ensueño de mi muerte. Oigo un vals torpe en una sala vacía, un hacha cae métricamente en tiempo de cuatro, sobre la tapa del piano lo destroza Deseo con fervor religioso que lo destroce Me he parado en el redondo borde de mi letrina y he pensado si debiera o no saltar, teniendo en cuenta la asquerosa seguridad de que no moriré Tengo un sueño recurrente: Luego de escapar por luengas tierras boscosas de un peligro invisible, pintado de verde oliva regresé anciano a mi casa, y quemé mi biblioteca. Querida amante invisible yo te necesito. Ylsen.