Agresión contra la imagen.

Por estos tiempos de miseria, me llega de nuevo a la memoria la idea del otro pretendiente de la realidad que se cruza y se inserta con la mía.

Creo que los recuerdos vagos que tengo de su idea,
se deforman en la enunciación que podría hacer de él; él, no soy yo
y nosotros no somos otros que los creadores de la circunspección de nosotros.

Ahora creo recordar lo que él me dijo.

Creo que si lo escribo no voy a tener precisión en lo de la conciencia que él posee dentro de la mía. Llegará algún sitio que me permita creer de nuevo en la creación.

Esta memoria tan agobiada de la verosímil mentira, de la creación en la que los vacios ya no importan porque lo son todo, en la que los seres son abismos inescrutables, los sentidos son las yemas de los dedos buscando la plenitud de la falacia y la imagen desaparece para crear, para resucitar los desconocidos bacanales de la carne y la memoria, a ella la puedo mentir diciendo que la amo; a él lo miento diciendo es la conciencia que poseo.

Cassó.

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