fotografía (tomada por Daniela Escobar)



Ella se para al borde del abismo y mira el universo;
lo desprecia; sabe que no hay razón alguna para temerle;
lleva en su corazón una daga y la presiona fuertemente contra si,
pone su cara de heroína y resuenan los ecos de los que van callendo sin temor;
ella teme el vacio de mis ojos y encierra la esperanza en esa daga que me insulta.

Ella pende sobre el borde y el viento la sacude;
pienso que si mis brazos no fueran tan cortos sería yo quien podría rescatarla.

Ella me rescatará de la sombra desde donde la miro y el abismo es quienes somos;
nosotros seremos el día que su daga se entierre en mi pecho y yo comparta su caída.


Cassó.

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