Alivio

 Llevaba una larga temporada sintiendo un agobio terrible, cada momento se me venía a la mente un pesar por mi mismo, una lástima insondable, este dolor por el fracaso frente a todas las empresas que emprendía.

Esta historia de amor no estaba domesticada, era salvaje y arrebataba mis fuerzas de una forma descomunal, pensaba que si entregaba profundamente terminaría consumiéndome, así lograría llevarme por la senda que conduce al Leteo, a mi olvido; fue de una forma más aterradora que perder los óbolos de Caronte, me quedé igual en esta orilla perdido, esperando respuesta.

Pero el dolor no es inconmensurable.

Volvió  la sonrisa a mi rostro, de forma inesperada, porque en el fondo comprendí que no tenía que sufrir por quedarme en este lado del cauce. Así se la llevó la vida, en una borrasca, entre lodo y árboles arrancados, como ella lo decidió.

Hoy veo pasar el río, sé que no tengo nada de él en mi, ni él tiene nada mío en sí.

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